Para Jung, lo que definía la dimensión de personalidad introversión-extraversión eran las actitudes hacia los fenómenos subjetivos (frutos de la imaginación y del propio pensamiento) y los objetos externos a uno mismo (lo que pasa a nuestro alrededor).
Según Jung, las personas introvertidas prefieren centrar su atención y sus esfuerzos a explorar su propia vida mental, así no sea real y las personas extrovertidas se caracterizan por mostrar mayor interés por lo que está ocurriendo en cada instante en el exterior, el mundo real no imaginado.
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